domingo, 25 de agosto de 2013

EL CONSUMISMO Y LA ECOLOGÍA

EL CONSUMISMO Y LA ECOLOGÍA: Un desgaste continuo de nuestro planeta
Consumo es una palabra que deriva del latín: cosumere y cuyo significado es gastar o destruir. Es decir, cualquier cosa que lleguemos a consumir con el tiempo pasará a ser un desecho más, un objeto que no sirve y que pronto será destinado al resto de los otros objetos.  La destrucción ambiental es resultado de nuestro consumo excesivo y destructivo.
Dentro de nuestra sociedad de consumo, nos convertimos en el blanco del bombardeo constante de la publicidad; poco a poco, somos víctimas y victimarios del constante deseo de comprar y comprar, de tener y tener y caer en el círculo vicioso de ‘quien tiene más, es más’. Pronto, perdemos de vista a aquello deteriorado en nuestra búsqueda por lo que definimos como una vida más ‘feliz y plena’ basada en lo que poseemos, sin importar como llegamos a ello.
Las consecuencias son catastróficas: nuestro planeta se ve afectado y muchas veces no somos conscientes de ello y lo peor de todo es que al ver el constante daño que le hacemos decidimos hacernos ‘de la vista gorda’ y continuamos con nuestras labores, tratando de eludir la realidad que nos involucra y vivir como siempre: inmersos sólo en el pequeño entorno que nos rodea sin tomar en cuenta lo que pasa al otro lado del globo.
Esta condición del ser humano de preocuparse sólo por su propio bien y de aquellos más cercanos es lo que nos ha llevado paulatinamente a la destrucción; pronto, comenzaremos a ver los grandes daños que, con mucho esfuerzo y dedicación, le hemos hecho a nuestra madre tierra, daños desmesurados y que una minoría se encarga de apaciguar pero desafortunadamente, unos cuantos no pueden contra las grandes masas.
Tratemos de pensar sobre esto y, a continuación les dejamos algunos aspectos del consumismo que confieren a la ecología.

El consumismo y la publicidad


Como se mencionó anteriormente, la publicidad es un factor que tiene mucha influencia en lo que se refiere al consumismo. En ocasiones ésta logra convencer al público de que un gasto es necesario cuando antes se podría considerar como un lujo. Como ejemplo se podría hablar sobre los productos que anuncian por la televisión. Muchos de estos productos en realidad mejoran nuestra calidad de vida, sin embargo existen otros que son innecesarios, y, aunque pueden facilitarnos mucho más las cosas, producen efectos negativos en el medio ambiente. La X Hose aparentemente está compuesta por dos mangueras, una interior expandible y otra exterior plegable, haciéndola mucho más ligera y fácil de manejar. Aunque por su diseño ésta manguera podría ahorrarnos mucho tiempo y espacio, lo que sobresale es el gasto innecesario en una manguera de este tipo (pudiendo utilizar una manguera común o incluso cubetas) y todo el desperdicio de agua que se está haciendo. Y es que el comercial muestra a personas haciendo uso de ella para limpiar el carro o incluso la casa, como si fuera la única solución para realizar esa clase de actividades. También muestran las dificultades que se tienen con una manguera regular, como lo difícil que es transportarla o recogerla y guardarla, aunque claro, exagerando demasiado la situación, y de eso se trata la publicidad, de hacernos creer que nuestra vida sería mejor si tuviéramos el producto que se anuncia, cuando en realidad solo estamos cayendo en las garras del consumismo.
Si lo vemos desde un “nivel” doméstico, un producto se utiliza una sola vez o un pequeño número de veces respecto a uno similar que podría durar mucho más. Recibimos cada minuto, desde que abrimos nuestros ojos por la mañana hasta que los cerramos por la noche, un constante bombardeo de la industria publicitaria que nos incita a consumir, que intenta generarnos nuevas adicciones, necesidades, deseos que prácticamente nos obliga a consumir productos y servicios cuya gran mayoría son para nosotros no tan necesarios.

El consumismo y los desechos electrónicos


En la actualidad los avances tecnológicos han facilitado la vida de la sociedad moderna con aparatos como celulares, iPads y computadoras portátiles que nos ayudan de gran manera en nuestra vida diaria, pero así como estos han brindado grandes beneficios para nuestra sociedad, también cuentan con desventajas. Lamentablemente, el afán por poseer lo más "nuevo" en tecnología se ha apoderado de nosotros y cada vez que un aparato electrónico nuevo llega a revolucionar, en lugar de disfrutarle como tal, ya estamos en espera de su sucesor dando paso así al consumismo. Ya no es suficiente el tener un celular, ahora se tiene que contar con el modelo más reciente, ¿y qué pasa con el anterior?, se va a la basura. El problema aquí es que estos aparatos no se destruyen tan fácil, y no sólo se amontona en los basureros si no que contaminan el ambiente. La acumulación de residuos tecnológicos cada día es generada en mayor cantidad, y estos a su vez contienen elementos tóxicos que, al no ser tratados de forma correcta en su eliminación, producen grandes daños en el medio ambiente. Aún es difícil saber la manera correcta para deshacerse de estos aparatos; la solución más factible sería disminuir el consumo excesivo de la tecnología y tratar de usar aparatos más "amigables" para nuestro ambiente, pero es muy difícil que ésta sea la situación que veamos ya que, nuestras vidas prácticamente giran alrededor del consumismo electrónico. Entonces, lo ideal sería optar por el reciclaje y llevarlos a centros especializados donde se hará uso adecuado de estos para así cuidar un poco más de nuestro entorno.

El consumismo y la industria textil

El vestirse dignamente es un derecho que tenemos todos los seres humanos, mas actualmente vivimos en una comunidad exigente, en donde lo que viste una persona lo definirá en estatus tanto social como económico. El consumismo constante de prendas de vestir es inculcado por medios de comunicación, principalmente revistas y televisión. Al querer estar “a la moda” nos vemos impulsados a comprar cada vez más ropa para poder sentirnos bien. Lo que muchos no saben es el efecto de tal industria en el medio ambiente.
La industria textil sólo procesaba materias primas naturales de origen vegetal y animal. Sin embargo, la proporción de fibras artificiales (fibras de celulosa regenerada, como seda artificial, viscosa obtenida de la madera y de los residuos del algodón y más adelante fibras totalmente sintéticas, como poliamida, poliacril y poliéster, provenientes todas ellas a la postre de la materia prima petróleo) en la demanda global de fibras sigue creciendo en todo el mundo.
En los proyectos de la industria textil hay que dedicar una atención especial al elevado consumo de agua en la fase de ennoblecimiento. Además, hay que prever la posibilidad de eliminar las aguas residuales.
Mucho más problemáticas son las emisiones derivadas del lavado de la lana virgen. Al contrario que en el desengranado del algodón, el lavado de la lana virgen se realiza de forma centralizada en grandes fábricas, lejos del lugar donde se obtienen las fibras. Por kg de lana lavada se obtienen entre 300 y 600 g de sustancias derivadas. Junto a las valiosas grasas de lana aprovechables para fines técnicos y cosméticos, la solución de lavado contiene también biocidas y productos similares que se han introducido en la lana de oveja, de modo que el lavado de la lana virgen representa sin duda alguna una de las mayores cargas para las aguas residuales en la industria textil.
La industria ennoblecedora textil consume un volumen de agua relativamente elevado y produce un elevado caudal de aguas residuales.
Consumo de agua en la industria textil

Tipo de fibra/acondicionamiento
Consumo medio de agua
en l/kg de material
a) según tipo de fibra

Algodón
50-120
Lana
75-250
Fibras sintéticas
10-100
b) según el acondicionamiento

Floca/hilado
100-200
Malla
80-120
Estampado
0-400

La mayoría de las sustancias que se vierten en las aguas residuales son biodegradables. Sin embargo, en el proceso de biodegradación, los compuestos vertidos en las aguas abiertas (emisarios) pueden reducir el contenido de oxígeno del agua por debajo del nivel necesario para que el agua esté sana y ocasionar la putrefacción de la misma.
En el ennoblecimiento textil se utilizan además toda una serie de compuestos que no son en principio biodegradables.

Para finalizar, podemos estar seguros de que, la cantidad de basura inorgánica que generamos es notablemente superior a la cantidad de basura orgánica. Debemos generar un cambio interno. Aquí una reflexión sobre este asunto:
Una de las preguntas que me hice a mí misma al saber un poco más sobre el consumismo es, ¿Cómo llega a afectar que yo tire una botella vacía de agua a la basura con los daños del planeta?; pero al indagar un poco más en investigaciones mi pregunta pasó a ser otra: ¿Qué  <<no>> afecta el ambiente al tirar un residuo de plástico como una botella? Reflexionemos: al tirar una botella de agua ya vacía a la basura se podría decir que yo me estoy deshaciendo de ésta, pero aún sigue en alguna parte del planeta. Esta botella se va al camión de la basura, luego al basurero municipal junto con otras miles o incluso millones de botellas, bolsas, papeles entre otros productos no degradables que siguen ahí meses, o incluso años hasta que esta basura es trasladada a un basurero más grande, junto con la basura de los demás miembros de tu ciudad la cual se estima que son cerca de 90 toneladas en tan solo un día y de tan solo una ciudad.
Otra pregunta que también me hice fue: ¿Por qué tanta preocupación por la basura, si he sabido que en muchos casos reciclan el plástico y papel? Bien, según fuentes del gobierno es verdad que la basura se puede reciclar, pero de los millones de toneladas que se 'recaudan' en un año, solo se llega a reutilizar entre el 10 y 15% de estos desechos, por lo que el 85% restante tiene tres destinos; esperar a que un pepenador llegue por alguna de estas botellas y la reutilice, esperar a que el gobierno municipal la queme para hacer espacio en el basurero, pero que después la emisión de estos gases que se desprenden al quemarlas llegue directamente hacia nuestra atmósfera (o lo que queda de ella), o bien, esperar a su desintegración por completo, lo cual puede llegar a suceder de 100 a 200 años, mientras que se desprenden sustancias y elementos tóxicos que acaban en el suelo entrando en el ciclo vital de los organismos que habitan en él. 

Ahora que sé todo por lo que pasa algo tan simple como una botella de plástico, solo quedaba una pregunta, ¿Qué puedo hacer para evitar que esto siga sucediendo? Aunque la mayoría pensemos que somos insignificantes para lograr algún tipo de cambio, lo cierto es que cualquier ''granito de arena'' puede hacer la diferencia, como reutilizar botellas lo más que podamos y así restarle años de vida al plástico, además de que hacemos un lugar menos en ese basurero, lo cual nos lleva a menos gases de dióxido de carbono emitidos a la atmósfera y menos sustancias que se desprenden ocasionando daños al suelo y a las criaturas que habitan en él.

Así que la próxima vez que te preguntes que tanto puede ayudar al mundo tan solo reciclar una botella, quizá estés un poco más informado y te darás cuenta que aunque parezca poco, con el tiempo será una gran diferencia, y más si educas a tus hijos y personas cercanas para llevar a cabo esta cadena.

FUENTES DE LAS IMÁGENES: 

Para más información sobre este tema consulta:

Equipo 3: Ana Iglesias, Karina Arreola, Carla Gamboa, Cristina Ibarra, María Guadalupe Arroyo y Liliana Romero.

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