La privatización del agua
La privatización del agua en el
Distrito Federal se inició hace más de dos décadas, cuando los sistemas
operadores fueron entregados a cuatro empresas manejadas por las trasnacionales
Veolia, Severnt Trent Ambientales de México, Suez Bufete Internacional y United
Utilities Gutsa, que con la aprobación de la iniciativa del gobierno capitalino
se encargarían de su distribución y cobro para
abastecer mejor el recurso, denunció Andrés Barreda, economista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ana Hernández, de la Unión
Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ), señaló que la solución al
problema de suministro
no está en la privatización, sino en lograr que la gente que vive en el oriente tenga acceso a líquido de buena calidad, no como el que recibimos, de color oscuro y con animales; que se le condone el pago si no le llega o no le cobren mil 40 pesos cuando le cortan los tubos por error, cuando está al corriente.
En la mayoría de
los países donde se ha privatizado el agua, las empresas que administran y
suministran el agua tienden a aumentar la tarifa del agua en algunos en algunos
lugares el incremento supera el 65%; a pesar de que en sus inicios esas
empresas prometen no habrá aumentos. La privatización del agua una vez
realizada, es irreversible, los controles de la administración y suministro son
fragmentadas y los ciudadanos pierden el derecho de un recurso que es social.
Las consecuencias
lamentablemente son peores para la gente de clase media baja y clase baja ya
que, sin libre acceso tienen que recurrir a otros métodos para conseguir agua
potable. Con las tarifas tan altas, tienen que conseguir agua de otras formas
como agua embotellada, comprar en los quioscos de agua o en última instancia
tener pozos de agua en sus casas. No sólo esto si no que, los problemas en el
ambiente se incrementan debido a que el enfoque del sector privado está en las
ganancias dejando de lado las necesidades ambientales.
Este tipo de
problemas ocasionados por los elitistas son resultado de decisiones de
políticos y empresarios que sólo tienen interés en las ganancias económicas sin
dar importancia a la vida de las personas y/ó sin el más mínimo respeto hacia
el agua misma ya que la ven como un medio explotable sin darse cuenta que esta
es elemental para la vida de cada ser humano.
La
privatización en Puebla
La privatización del agua se está convirtiendo en una
realidad en el estado de Puebla. El Congreso local de éste estado aprobó una
reforma a la Ley de Agua para que los organismos operadores de los municipios
puedan dar el servicio a empresas privadas, las cuales podrán establecer
tarifas.
Por mayoría de votos (29 a favor por parte de los
diputados de la Coalición Compromiso por Puebla, más dos del PRI, y 9 en
contra) se aprobaron las reformas a distintas fracciones de la Ley de Agua en
Puebla. La iniciativa, que fue presentada por el gobernador Rafael Moreno Valle,
será aplicada en 25 Sistemas Operadores de Agua Potable y Alcantarillado que
son manejados por los ayuntamientos, entre los que se encuentran los municipios
más poblados de la entidad.
Una vez que se privatiza el agua, ésta acción es casi
irreversible y los ciudadanos pierden el derecho de un recurso natural que es
social. Por ésta razón, se han lanzado campañas que están en contra de la
privatización del agua, como es el caso de Morena (Movimiento de Regeneración
Nacional), el cual recurrirá a las acciones colectivas para luchar en contra de
éste proceso. Las acciones colectivas, más que ir en contra del decreto que
permite la concesión del servicio público, irán contra la aplicación del mismo.
El gobierno tiene en sus manos el poder de decidir si el
agua pública será privatizada o no. Los ciudadanos, por su parte, tendrán que
estar atentos a todas las leyes, y si es necesario, salir a protestar, pues el
agua es un recurso vital al que toda la población tiene derecho de acceder.
Hay un sólo lado positivo que se
puede sacar de la privatización del
agua, por decirlo en cierta forma. Al privatizar el agua el ciudadano se
vuelve cuidadoso al consumirlo para evitar un gasto excesivo, el cual afecta
positivamente al medio ambiente porque así no habría un desperdicio de agua por
las calles como por ejemplo cuando dejan correr el agua para “limpiar” la calle
(algunas vecinas de mi cuadra lo hacen). Ciertamente se privatiza a un derecho
humano sin embargo, a veces el mismo descuido de la gente llega a que esto se
convierta una “necesidad” si realmente se quisiera o se pensara en el bien del
ambiente; pero bien sabemos que el cobro de algo natural y necesario para el
humano no se debe por el bien del medio ambiente sino, tristemente, con la
intensión de ganar más dinero.
Equipo 3
Carla Gamboa
Lupita Arroyo
Liliana Romero
Cristina Ibarra
Karina Arreola
Ana Iglesias
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