¿Qué es transgénico?
Quizá ya hayas escuchado acerca de este término o del
término más específico ‘’alimentos transgénicos’’ pero ¿Qué son exactamente?
Un alimento transgénico es un alimento que fue sembrado a
partir de alguna semilla u organismo que fue modificado genéticamente (es
decir, se le incrustaron genes de alguna otra especie) para obtener las
características deseadas.
Cada vez más son los alimentos que se modifican, los
principales en la actualidad son: El maíz, la cebada y la soja; Pero en esta
colaboración hablaremos principalmente del maíz, pues encabeza la lista de los
alimentos transgénicos en cualquier parte del mundo.
En 1994 se creó el primer alimento transgénico el cual
era una planta de tomates a las que se le agregaron genes de otra planta para
hacer más resistente el tomate y para que estuviera maduro por más tiempo, pero
en 1996 los retiraron del mercado debido a cambios en el sabor y el
consistencia asi como en la textura.
Aunque unos años después se modificaron más alimentos que
salieron al mercado y hasta la fecha siguen vigentes.
Sin embargo algunos productos han creado en los
consumidores algunos efectos secundarios a partir de su consumo como por
ejemplo, la producción de alergias y tolerancia a antibióticos.
¿Qué es el maíz transgénico?
Como ya dijimos los alimentos transgénicos son alimentos
a los que se les adhieren genes.
El maíz transgénico es un tipo de maíz resistente al
herbicida y fue comercializado en 1996 por Monsanto.
De esta manera el maíz podía ser rociado con herbicidas,
algunos pesticidas o plagas como el gusano barredor sin que éste se vea afectado.
México
es el centro de origen y diversificación del maíz, que es un cultivo
fundamental en todos los aspectos de la vida de los mexicanos y particularmente
de su alimentación. Así pues merecen nuestra especial atención la controversia
sobre la introducción de transgénicos de esta planta y la posible contaminación
de los cultivos nativos.
Como
algunas personas ya sabrán, la introducción del maíz transgénico en México no
solo pondría en riesgo la contaminación de los distintos tipos de maíz que se
encuentran en este país, sino que además pondría en riesgo la diversidad
cultural del pueblo mexicano. De acuerdo a algunos artículos, en México existen
55 especies diferentes de maíz, y en el estado de Puebla se ubican las cuatro
razas madres que son: el maíz precoz, el grano en forma de piña, el maíz
ochenteño, y el maíz delgado o arrocillo.
Así
como se mencionó con anterioridad, el maíz forma parte fundamental de la
alimentación diaria de los mexicanos y, siendo el cultivo de mayor presencia en
el país, juega un papel importante en cuanto a la obtención de numerosos
productos industriales. Debido a esto, recientemente se ha suspendido la
emisión de permisos a transnacionales como Monsanto, Pioneer o Syngenta para la
siembra de este producto en nuestro país.
Muchos
concuerdan que la introducción de cultivos transgénicos afecta de manera
negativa a los campesinos, pues se favorece el monopolio y el control de las
transnacionales de la biotecnología sobre los granos base de nuestra
alimentación. Sin embargo, algo tiene que hacerse al respecto, ya que la
población de México está creciendo así como la demanda de ciertos alimentos.
Regulaciones de los transgénicos
En muchos países existe una legislación sobre el cómo
regularizar alimentos o cultivos transgénicos; lamentablemente, no en todos los
países la aplican, por eso la CECU y la OMS estudian y analizan los beneficios
y perjuicios de la alteración genética en la alimentación.
La discusión sobre los transgénicos se inició en 1992, en
la reunión conocida como “La Cumbre de Río”. Ahí se concluyó que era
indispensable crear un marco regulatorio para la protección de la biodiversidad
del planeta, que ya había disminuido considerablemente en diversas regiones. El
Protocolo de Bioseguridad debía establecer reglas internacionales vinculantes
que obligarían a adoptar el principio precautorio como base para las decisiones
sobre transferencia, manejo y uso de los OGM (Organismos Genéticamente
Modificados).
En México las cuestiones de
bioseguridad se empezaron a considerar desde 1987, pero sólo para regular
actividades de investigación en salud y dar cabida a solicitudes de corporaciones
agrobiotecnológicas para experimentar con cultivos transgénicos.
La aplicación agrícola dio origen a la formación de un Comité Nacional de Bioseguridad Agrícola, coordinado por la Secretaría de Agricultura Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar). En 1988 se iniciaron experimentos en agricultura y en 1997 entra en vigor la norma fitosanitaria que regula esta experimentación. Esta norma es muy limitada, pues sólo define la siembra de materiales transgénicos a nivel experimental, sin especificar dimensiones; en el caso de algodón, en 1999 se autorizó la siembra de 75 mil hectáreas de algodón Bt resistente a insectos y 10 mil de soya resistente a herbicida. En la norma no se habla sobre manejo de los productos cosechados ni su transporte, ni se contempla la importación de materiales modificados para consumo directo o para industrialización.
La aplicación agrícola dio origen a la formación de un Comité Nacional de Bioseguridad Agrícola, coordinado por la Secretaría de Agricultura Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar). En 1988 se iniciaron experimentos en agricultura y en 1997 entra en vigor la norma fitosanitaria que regula esta experimentación. Esta norma es muy limitada, pues sólo define la siembra de materiales transgénicos a nivel experimental, sin especificar dimensiones; en el caso de algodón, en 1999 se autorizó la siembra de 75 mil hectáreas de algodón Bt resistente a insectos y 10 mil de soya resistente a herbicida. En la norma no se habla sobre manejo de los productos cosechados ni su transporte, ni se contempla la importación de materiales modificados para consumo directo o para industrialización.
En el caso de la salud, en 1997 se modificó la Ley
General de Salud para incluir un apartado de productos biotecnológicos en el
que se incluyen productos derivados de organismos vivos, pero no se manifiestan
los organismos transgénicos de manera explícita. En esta ley se menciona el
etiquetado de los productos biotecnológicos como una posibilidad que será
establecida mediante el reglamento y normas correspondientes. En agosto de 1999
entró en vigor el reglamento de bienes y servicios en el que nuevamente el
etiquetado de productos biotecnológicos se remite a normas que aún no existen.
En la Ley General de Salud se establece que para liberar microorganismos genéticamente modificados al ambiente, la Secretaria de Salud debe expedir una autorización. Por parte de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap), no existen regulaciones que normen o controlen la posible afectación de los ecosistemas.
En la Ley General de Salud se establece que para liberar microorganismos genéticamente modificados al ambiente, la Secretaria de Salud debe expedir una autorización. Por parte de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap), no existen regulaciones que normen o controlen la posible afectación de los ecosistemas.
Ventajas
y desventajas del maíz transgénico
Ventajas
1.
Aumento de cosecha de maíz que permite
combatir el hambre en poblaciones necesitadas
2. Disminución
en el uso de pesticidas químicos, evitando así menor toxicidad de los alimentos
3. Los
alimentos transgénicos que se cosechan ya tienen integrados vitaminas y
minerales.
4. La
aplicación de esta tecnología permite prácticas agrícolas sustentables y la
producción de materiales con recursos renovables.
5. Incremento
económico en la producción y reducción de pérdidas durante su distribución y
venta, debido a que se vuelve más resistente y no se echa a perder.
6. Permite
la aplicación de programas de conservación de suelos.
7.
Mejora la calidad de vida de los productores
y la obtención de productos útiles
Desventajas
1.
Al manipular el maíz nativo con genes ajenos
estos pueden sufrir una descomposición genética que no permita que se siga
produciendo de manera natural, además de perderse la variedad de maíz nativo
por la polinización del maíz transgénico.
2. Las
compañías trasnacionales se están apoderando del maíz patrimonio de los
mexicanos, patentando los genes introducidos con el propósito de privatizarlo.
3. Baja
de precio del grano si hay una sobreproducción.
Actualmente nos encontramos frente a la posibilidad de la
liberación de líneas de maíz transgénico en nuestros campos mexicanos. El
interés desarrollado por esta tecnología para nuestro país ha sido guiado por meros
propósitos políticos y económicos privados, más que por estudios científicos
concluyentes, dejando de lado además las consideraciones sociales y
ambientales.
Según José Sarukhán Kermez, titular de la Comisión
nacional para el conocimiento y uso de la
biodiversidad (Conabio), la insistencia de las compañías transnacionales
de comercializar maíz transgénico en México se debe al interés de recuperar su
inversión y de demostrar que en este país, centro de origen del cultivo y
principal productor, se puede usar esta tecnología y, consecuentemente, en
cualquier otro lugar del mundo, argumentando así que ninguna de las variedades
o transgénicos que se han liberado en Estados Unidos produce ni un kilo más que
las variedades híbridas que ya se comercializan en el país.
Riesgos de los transgénicos en la salud.
Los hasta ahora identificados son:
Nuevas toxinas y alérgenos en los alimentos, lo que llevaría
a un potencial riesgo de alergia.
La diseminación de genes resistentes a los antibióticos que llevaría a una menor eficacia de ciertos medicamentos.
El aumento del uso de productos químicos sobre las plantas que resulta en el aumento de la contaminación del agua y los alimentos.
La aparición de hierbas resistentes a los herbicidas, genéticamente modificadas, que podrían invadir los campos sustituyendo a las plantas tradicionales menos "competitivas".
La diseminación de enfermedades a través de las barreras entre especies.
La pérdida de la biodiversidad de los cultivos.
La perturbación del equilibrio ecológico.
La diseminación de genes resistentes a los antibióticos que llevaría a una menor eficacia de ciertos medicamentos.
El aumento del uso de productos químicos sobre las plantas que resulta en el aumento de la contaminación del agua y los alimentos.
La aparición de hierbas resistentes a los herbicidas, genéticamente modificadas, que podrían invadir los campos sustituyendo a las plantas tradicionales menos "competitivas".
La diseminación de enfermedades a través de las barreras entre especies.
La pérdida de la biodiversidad de los cultivos.
La perturbación del equilibrio ecológico.
Es muy difícil hacer pruebas para
evaluar el peligro potencial de los productos alimenticios genéticamente
manipulados, por el tiempo y dificultad que implica el rastreo de toxinas que
actúan por acumulación en el cuerpo humano. Sin embargo esto no debería impedir
que se sometan a los productos a un proceso de control y evaluación. De hecho,
el reclamo de todos los grupos comprometidos con el tema es que simplemente se
indique en la etiqueta del producto que este es genéticamente manipulado. Sin
embargo, esta tarea no es tan fácil corno parece
En los años cuarenta el DDT era usado indiscriminadamente incluso sobre los niños como insecticida, así como en alimentos, sin siquiera sospechar sus propiedades hormono-miméticas y que su acumulación en la cadena alimentaria comprometería la salud de humanos y animales. Y finalmente, el drama de la Talidomida, comercializada como anti-emético para mujeres embarazadas en los años cincuenta y de efectos desastrosos en el desarrollo fetal, ejemplifica el peligro de la insuficiente investigación y comprobación a largo plazo de elementos introducidos artificialmente en la vida humana. Finalmente debemos mencionar la contaminación nuclear, el calentamiento global, y los efectos tóxicos de herbicidas y pesticidas.
Equipo 3
Carla Gamboa
Lupita Arroyo
Liliana Romero
Cristina Ibarra
Karina Arreola
Ana Iglesias
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